
Ayer hablaba con un amigo y –entre otras cosas- repasábamos pasados amores y desamores. Entre risa y risa y chiste y chiste recordamos encuentros divertidos, fallidos y hasta fatulos. Hablamos de papelones y buenos ratos y sobretodo, cada cual pudo recordar –porque recordar es vivir…aunque a veces queramos morir :p- personas y momentos particulares en nuestras vidas.
Entre todos los comentarios que compartimos, se me grabó una frase particular: “ella… me dijo que me quería, pero no me amaba…creo que eso me dañó”. Mi amigo -confesó- no ha vuelto a amar.
¡Cual fue mi sorpresa al escuchar estas palabras de este hombre macharrán!
Entonces, suspiré y ante tan singular confesión validé que hombre o mujer las preocupaciones del corazón ¡son las mismas!
A mí también me pasa… yo también me he cuestionado si estoy dañada. Pero, sé que no lo estoy.
Sé que no estoy dañada, sé que nadie me dañó.
Y me lo repito día a día…
“Ya conozco la teoría”…diría este joven, pero, “es hora de que la apliques” diré yo.

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