laberinto

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Barcelona

jueves, 4 de marzo de 2010

astronauta


Para tí

En la Semana de la Mujer

Con la esperanza de que algún día no haya necesidad de esa distinción en el calendario.



¿Cuán sexy soy? Hay días que me levanto y digo que fea soy; hay otros, la mayoría, que me encuentro la mujer más bella del universo. Estos últimos; me peino, maquillo, uso lentes de contacto aunque me duelan los ojos pero no, no es suficiente.


He cambiado mi modo de vestir, he comprado ropa nueva, me visto como de revista y en ocasiones tengo mi propio estilo pero no, no es suficiente.


He moderado mi alimentación, hago ejercicio, busco tener y tengo un buen cuerpo pero no, no es suficiente.

Abrir las piernas, ¡dizque para complacer!


¿Qué tipo de maquina soy? ¿Qué modelo de sex machine soy?

¡No soy una máquina!

Disfruto mi vida sexual pero no, ¿cómo va a ser? ¡si es nula!


¿Nula de qué? Si no pasa un ocaso sin que nuestros cuerpos se encuentren pero no, no es suficiente.


Dicen que para mantener una relación hay que ser misteriosa, sexy, atractiva y ¿qué soy? Al parecer, por más que intento no llego. ¿A dónde? No lo sé. Quizás, a la mujer utópica llena de frescura y vitalidad, amante de la energía y cultivadora del deseo.


¡Esa mujer! ¿Quién es? ¿Dónde está? Si la encuentras dímelo y dile de mi parte que la envidio pero, no por ser ella; sino por poder ser quien los demás esperan que ella sea. A esa mujer, avísale que arruina mi vida porque por más que trato y trato y trato no le llego ni al tobillo y me duele, porque quiero ser perfecta ¡y no lo logro!


Dices que hacen falta más cosas en una relación.


¿Acaso hacer el amor, salir a comer, ir al cine, ir al gimnasio, disfrutar la vida, conversar como amigos, ser amigos, planificar el futuro, saborear mantecado, querer ir a Nueva York, querer viajar el mundo, desear tener hijos, amar y desear el perro que nunca te ha gustado, jugar pelota, baloncesto, volleyball, natación, volar chiringa, viajar juntos, llorar de alegría y de tristeza, consolarnos, abrazarnos, mimarnos, molestarnos, despertarnos y en ocasiones dormirnos, viajar en carro, ir a la playa, correr four track, volar en parasailing, vernos desnudos, tocar y desear nuestros cuerpos y sobretodo amarnos no es suficiente?


Digo si hace falta algo más que eso avísame porque, debo buscarlo a la luna.


Pero no, no soy astronauta.



7 de noviembre de 2001/revisado y editado por misma el 4 de marzo de 2010.



2 comentarios:

Anónimo dijo...

Traté por 11 años de ser autronauta... Y cualquiera con sentido común me preguntará ¿POR QUE? ¿PARA QUIEN? Y la verdad es que no lo sé, nunca supe y creo que jamás sabré. Lo valioso es que un día me harté de caerme de tan alto y decidí mudarme permanentemente a la Tierra... El que me quiera, que venga a buscarme aquí, a donde soy yo y no me duele nada, esa fue mi afirmación. Sólo así pude ser feliz y me niego a tratar de volar nuevemante a mundos lejanos para complacer a otros, para convertirme en esa extraterrestre que plaga las mentes fantasiosas de esta humanidad tan perdida. Y no me arrepiento. Resulta que descubrí, siendo simplemente humana que un solo hombre terrestre vale más que un millón de "marcianos". 8()8

BlurredSilence dijo...

Siento informarte que hace par de años esa mujer perfecta fue encontrada viviendo en Alaska por el Partido Republicano.