laberinto

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Barcelona

miércoles, 17 de agosto de 2011

Misma

Escribir me permite revisitarme, revestirme, desvestirme...esnuarme...Me da la facilidad de volver a verme en el espejo e intentar encontrarme.  

Me he mudado más de cinco veces en estos últimos años, -- estoy convencida-- que cada una de las veces ha sido para mejorar.  Dentro de cada mudanza, con sus altas y bajas, sus empaques y regueros de papel periódico, sus cajas esfondás y montones de vueltas de tape; hay una caja que siempre viaja. Es mi caja, la de los recuerdos.

Esa, de plástico...de las de k-mart, la guardo con recelo, la velo, la miro, la abro, la cierro...porque en ella hay retazos de vida, suspiros de muerte, fotitos de la pared de la fortaleza, otras de las que no se publican...también hay abrigos para el frío del alma y direcciones postales para cuando me digne a escribirle al pasado... {She, ahí están tus cartas.}

Conozco de memoria mi caja, sé lo que tiene, lo que falta, lo que añadí y cuándo [soy OCD]... pero, esta no la ví venir.  Hoy, horita, hace un rato-ni una hora-- justo cuando pensé que me iría a otro partido de Scrabble, pasó lo inpensable, lo nuevo, lo moderno, lo tecnológico...haciendo una limpia de otra caja, la tecnológica, la que no guardo amarrada al corazón porque soy del siglo 20: la caja de los e-mails, encontré esto...

Publiqué este blog en marzo del 2010 y lo quité.  En aquel momento intenté creer que lo quitaba "para evitar" hoy sé que lo eliminé para "complacer".  Hoy lo cuelgo; justo después del infinito, igual que aquella vez, sin cambiarle palabras, ni puntos, ni comas, con los comentarios que en aquel momento ganó pero, con mucha más vida...


Antes de esta entrada, mis blogs los pensaba míos; desconocía que quienes lo leen, y se identifican, se adueñan de la historia. 


Sepan que no.  


Lo aprendí aquel día.  Cada vez que aprieto "send" se me revuelca el corazón, porque lo hago con la mano metida hasta el ñú de los ojos del alma y creo que alguien, en algún lugar, con un palo o en sobriedad, con un truco o en castidad, sentirá lo mismo que yo.


Sepan que no.

Quien lee no siente lo mismo que quien escribe, siente lo suyo. 

Quien lee no sabe lo mismo que quien escribe, sabe lo suyo.  

Quien vive no vive lo mismo que quien escribe, vive lo suyo.  

Por lo tanto, lean mi blog con cariño, con amor, con apapuchos, con coraje, con rabia, con ternura, con recelo, con bellaquería, con insultos, con caricias, con malicia, con bondad.  

Lean mi blog como si supieras lo que quiero decir pero, sin saberlo...como si me conocieras pero, sin conocerme.


Lean mi blog como si escribiera sobre tí...porque al leerlo así, se da la magia, esa -- la que nos permite creer que al posar la vista sobre las mismas letras somos uno. 


Sepan que no.


Sepan que siempre seremos tres; tú, yo y nosotros. Y, que es ese nosotros...con sus altas y bajas, con sus peleas y amoríos, con sus insultos y grajeadas lo que hace que cada lectura sea sabrosa, única y especial.


Este blog es para todas las mujeres y todos los hombres que se revisitan, se revisten, se desviste...esnúan...y tienen la facilidad de volverse a ver en este espejo y encontrarse con Mism@.







Han pasado más de 24 horas desde mi cita con Misma. Fuimos al cojo, era martes, salimos de Plaza y así en tacas y con bufanda nos fuimos a la barra. Nos sentamos en el stool del centro, nada de esquinas, a Misma le gusta la atención. Y pedimos.

Permitimos que nos miraran por largo rato, los dejamos espiarnos e intentar descifrarnos. Al hacer silencio logramos escucharlos decir "están solas". Misma sonreía y yo respiraba profundo. "Sí" -pensó mi cerebro analítico compulsivo; "No" -dijo Misma.

Eso no pasa cuando vamos al cine, a la playa, al mall, a comer, a estudiar...parece que hay una regla para la bebelata...ese memo no nos llegó.

No dejaron de observarnos y se nos acercaron. Nos hablaron un rato; Misma los ignoraba. ¡Esta Misma es tan selectiva! Hubo quien fue más osado y nos invitó un round. Yo, con un mirar de reojo y media guiñada china dije "gracias". Misma reía a carcajadas. Ella es un papelón.

Estuvimos una hora, nos montamos en el carro y guiamos.

Estoy en la hora 27 después de nuestra cita.
Misma no ha llamado.
Eso pasa.
De hecho, van ocho semanas desde la última llamada devuelta...no de Misma, de Aquel.

Ella llamará.

Sentada en mi cama recuerdo lo que hablamos en la barra. Le conté que he sido afortunada, que muy pocas veces he estado sola, que siempre he tenido un resuelve y que a veces he puesto el corazón. Le hablé del maestro que me despertó a la vida y del que daba su vida por la mí. Le conversé sobre quien ofreció cuidarme y protegerme mientras estudiaba y del que me desgarró el corazón. Le comenté sobre el que me tuvo confinada a sus horarios y su cuarto, también sobre el modelo y ay! la historia de chiclecito, el que parece que gozó mientras yo bostezaba. Ella me escuchó con atención; entonces, le confesé un secreto...le narré la tarde que me bañé en una ducha pequeñísima con el mismo que come de todo menos mi comida, el que me besaba en la frente y me abrazaba como oso, el que me escuchaba hablar...nos escuchaba.

Aquel.

Misma entendió. Lo vió en mis ojos y a través de ellos. Entonces, por primera vez en cinco años, nos besamos.


lunes, 1 de agosto de 2011

El Viaje


Have you ever loved someone so intensely and deeply that it brought out the worst of you? But then, after an intense fight, en la que se dicen hasta del mal que van a morir, you have the most exotic, erotic, passionate, make-up-sex-ever?  

Or so you think. 

And then, you get (or give) flowers, go out, have dinner, dance…and of course fight again.  But, this time –ay Dios mío- el sexo es tan rico que you can’t walk for days…

But, llegas a la casa y you know que estás en deep water and about to go down…

Well that’s how I remind myself, everyday; that just because it was fun, doesn’t mean it was good, just because you are touched doesn’t mean you are loved, just because you saw, doesn’t mean it exists…

And just because you breathe, doesn’t mean you live.

No, I’m not a rebel.  No, I’m not crazy. (I heard the first one today, a friend sent me a message stating that some girls are worried about me… creen que estoy demasiado radical y que a los hombres eso no le gusta, come on, this ain’t no Tea Party! The second one, I heard it like dos semanas atrás, there is a rumor that I flipped out in 2004 and nunca recuperé…bendito: “Se quedó loquita”, dicen.) 



Miren señoras y señores, si ser rebelde y estar loca quiere decir, ser feliz, pues sí lo estoy, mas no lo soy….porque si lo fuera, se acabaría la búsqueda.

Todos los días escuchamos, “Carpe Diem”, “Seize the Day”, “Go with flow”… have you really analyzed its repercussions? Did anyone really tell you that in order to understand those phrases and to live by its words you must be patient?

Yes, to enjoy the ride, you must wait and, mi gente, it’s a long journey… 



Which is where I am right now…en la larga espera, en el  viaje. Es tan largo que he escrito una plegaria:

Dear G-O-D, I know I’ve prayed for you to bring me some long stuff in my life; but please, was it necessary to be THAT specific? Come on, Mr. G… it is not that difficult, I asked for:

“long sleeping-in-cuddling-moments”
 “long-lasting-mascara”
“long day at the beach”
“long meaningful relationship”
So, excuse You, but, I don’t recall asking for “long waiting time”
Amen
For those of you wondering, God has a really nice sense of humor...

Today is Monday, August 01, 2011.

First day of the month.
First day of the week.
And, of course the first day of the rest of my life (corny, but true).  

It is also mi primera entrada en espanglish.  Pourquia? Porque me da la gana. 

Don’t ask me how…But, as squared and perfection driven as I was, logré mantenerme fuera de aquel 8:00am-10:00pm Monday to Saturday job, a lunch hour, a you-better-walk- on- egg-shells-boss, a cubicle flooded with calendars, agendas, post its, post its post its and a plant, Docket…

Ive managed to, little by little, go with the flow…

No ha sido peaches and cream…  Leaving my square life was as tough as not going back to the awesome make up sex…

But, I live in present time…I seize the days…

And, I have no time to rely on memories as they might break me down… 
I have no space to recall the giggly moments as they might confuse me… 
I will not let my memory build my present as my life moves forward…
I must trust my own decisions, I must trust myself...

And, I work on it …todos los días…

I wait
I pray
I have faith

And, whenever I’m in doubt…cuando veo que la nevera está medio llena, los bills llegan al buzón y los federales call at random time to collect the school loan payments… Me acuerdo, del sexo apasionado, de las peleas subsiguientes y de los vacios del alma…

Entonces, reafirmo que mi lugar es aquí, contigo que me lees, conmigo que me vivo. 


jueves, 19 de mayo de 2011

foursome

Éramos cuatro en aquella cama. Para los gringos es “espring breik” para nosotros es semana santa. Tres chicas, un chico.  Dos, queríamos dormir.  Dos, querían gozar.  Yo, insistí, que dormir también es un gozo pero, perdí.  Empezó el mambo, y en lo que conté hasta tres, una de ella estaba sobre él.  ¡Qué rápida la contrallá, se desvistió en un santiamén!  Él no se quedó atrás…aunque pensándolo bien, creo que nunca tuvo ropa.



Habíamos compartido el día entero.  16 horas de playa, alcohol, sancocho y melcocha eran suficientes.  Bastante “acueinted” como dicen los americanos.  Lo suficiente para esnuarnos. 

El día había sido uno de esos…tengo amigas que dicen que sólo a mí y conmigo pasan cosas así. A veces, lo tomo a bien, a veces a mal… esta vez, sólo lo tomé.  Caímos de paracaídas en dónde no nos habían invitado.  Nos invitamos, dijeron que sí y llegamos.  Nada que unas cuantas medallas, algo de black y un chin de aquello no salve. ¡Total! Que en esta isla somos tantos y tan pocos que, en cuestión de minutos ¡somos familia!  Y claro, como buenos boricuas, las conversaciones giraron en cuanto a desamor, amor, desamor, amor, sexo, sexo, sexo…un poco de mierda y más sexo. 

Se dieron las típicas conversaciones que hacía tiempo no escuchaba. Era abril, y yo llevaba apenas unas semanas fuera del purgatorio; desde la mitad del mes de enero hasta la mitad de marzo, estuve estudiando para la reválida de derecho.  Recién salidita del examen, llevaba meses fuera de la sociedad, y ahora necesitaba reinsertarme.  Esta reinserción, no la vi venir.

Hace exactamente un año publiqué Mi metamorfosis en esta lucha estudiantil.  365 días después me leo y me sé más grande, más rica [en libros y viajes], más buena [en culo… (¡Coño!, que si no me hecho piropos yo ¿quién lo hace?)] En fin, me sé más yo.

Aquel miércoles, 19 de mayo de 2010, escribí desde la marquesina de la casa de mis padres. Tal parece que una vez uno se va del nido, los viejos se explayan y la casa que una vez fue techo de cinco humanos y dos animales…de repente, sólo da para dos humanos y un gato..

Seis días después de aquella publicación sobre mi vida estudiantil, jugué a ser grande y junto a amistades, me embadurné de maquillaje, vestí y planté frente a una cámara...


It’s a wrap!

Y así mismito dijo mi vida.

Al día siguiente, comencé a trabajar en una oficina de las de verdad.  Aquellas cuatro paredes fueron mi escuela.  Llegué sin saber la diferencia entre un sello postal y uno de rentas internas. Ahora, lamo ambos.

Durante ocho meses; llegué, me estacioné; dependiendo cómo se veía la mugre del carro, lo dejaba en el valet o en el car-wash.  Subía a la oficina, tomaba café preparado por la secretaria.  Trabajaba, texteaba (a mami), trabajaba, texteaba (para almuerzo), trabajaba (a la secretaria).

Almorzaba; con suerte con algún ex compañero de universidad, o ex pareja o ex amante o ex lo que sea…porque una vez entré a la milla…que de hecho, no mide una milla, todo fue un ex.

“¿En qué edificio ex-tas?” Ex una pregunta común.

 “Ex-quisito almuerzo.” Ah, el almuerzo, las ricas ensaladas de 20 dólares en Ponte Fresco.  Ponte fresco…dónde te clavan con el precio.


De ahí, regresaba a la oficina. Trabajaba, texteaba (a mi mejor amiga), trabajaba, texteaba (a papi), trabajaba y texteaba (a la siquiatra).

Salía cuando el reloj marcaba la hora número 14 presencial y octava de facturación. Llegaba al apartamento, texteaba (a mi hermana) copa de vino y para la cama no sin antes, texteaba (a mi hermano)… dormía, a veces con el suit como pajamas. Las noches libres –esto es, después de pedir permiso- iba al siquiatra.  Pastillas para dormir, otras para despertar.  Para el día “a mi plin”. 

Por meses, fui parte del conglomerado de espíritus que despiertan convencidos que eso es lo que se hace para sobrevivir.  Por definición, sobrevivir -que proviene del latin: supervivĕre- se dice de una persona [cuando] Viv[e] después de la muerte de otra o después de un determinado suceso.

Por tanto, su utilización es meritoria. Viví a, ante, bajo, con, de, desde, durante, en, entre, excepto, hacia, hasta, mediante, para, por, salvo, según, sin, sobre y tras la milla de oro durante ocho meses, después de un determinado suceso, graduarme de derecho.  Bueno, en mi caso, ni tan determinado, porque no tuve graduación. Y estuve allí, hasta que mi alma no pudo más. 

Admiro a quienes se quedan, razones sobran.

Aquella última noche, quedábamos en la oficina el asociado y yo.  Encubiculada, descalza y despeinada, me aseguré de atar todos los cabos, escribí notas que denotaran mi búsqueda de perfección sin acentuar mis tendencias obsesivas y escuché la puerta.  Horas después me percaté que había sido el licenciado quien, se había ido…me texteó.

Terminé de recoger y me fui.  En el 2010 vaticiné que no podría revalidar en septiembre de ese año.  Falso. Sí pude. No lo hice.  Entonces, en enero del 2011 me embarqué en el encierro. 

Igual que aquel foursome de semana santa, el encierro me envolvió. En un dos por tres, estaba en cuatro.  Mi cerebro, no sabía qué pasaba y mi cuerpo se dejó ir…tanto es así que me tomó semanas recomponerlo.  Pero, fue rico.  Sí, rico. 

 

El encierro fue un juego de mente, un laberinto infinito de cuestionamientos, preguntas, encantos y desengaños.  Un tiempo para ser dueña de mi vida, para crear mis rutinas, comer lo que quisiera, vestirme o desvestirme como me dió la gana.

Durante ese tiempo fortalecí vínculos familiares, desencadené pasiones tóxicas y dejé ir lo que y a quienes llevaba tiempo intentando destetar y me sorprendí. 

¿Por qué?

Porque dejé de estar en el “mundo”. Sí, como los evangélicos y sus divisiones…los encerrados están fuera del mundo y después de un tiempo… fuera del radar.  En consecuencia, estuve fuera del speed dial, del booty call, del “qué haces”, del “¿drinks?” y fuera de la vida de mucha gente. Y esos “fuera” son positivos pues permiten otras bienvenidas. 

No, no es fácil…porque la mayoría de esos “fuera” incluyen buenas conversaciones, ratitos de cosquillitas e incluso conatos de amistad. Pero, aprendí – a fuerza de lágrima viva- que si es un “fuera”, no es un amigo o una amiga.

Sé que por cada “fuera” habrá un “mucho gusto”, por cada “delete contact” un “¿cuál es tu numero” y por cada “ya no sé nada de x” llegará un “coño, lo que me estuve perdiendo”. 

Además de filtrar personas en mi vida, el encierro me permitió filtrar ideas para mi vida.  Me di cuenta que durante los ocho meses que trabajé en la milla de oro nunca fui a la playa, y vivo a un bloque.  También descubrí que como a eso de las 6pm, varios gatos se pasean por mi tejado y maúllan para aparearse.  En adición, revalué mis prioridades y desempolvé mi estuche de hacer prendas, los libros que llevaban tiempo adornando las tablillas, compré gas para la estufa, cociné y me conocí. Leí y memoricé mamotretos pero más importante aún, me devoré a Julia, corrí largas millas, me regalé ratos de asueto, me compré juguetitos, me identifiqué con causas, dormí con mi perra, estuve descalza por meses…viví.

Es imposible cambiar la experiencia…lo vivido, vivido está. Pero, si tuviera que volverlo a hacer [todavía no llegan los resultados] sólo haría los siguientes ajustes:

1. Desistiría de contactar el mundo…soy parte de él.

2. Eliminaría la búsqueda por la perfección…soy perfecta.

3. Besaría mi perra todos los días…la muy chula aprendió a meditar.

 

Y ahí estoy. 

Aquí estoy.

Un año después de aquella entrada de blog.

Dos meses después de la reválida.

Un mes después del foursome… del que me bajé de la cama.

Mjú.

Dos de las tres nos quitamos, bajamos, salimos del cuarto y sentamos en la sala.  Y así, mientras en los cuartos ardía Troya, nosotras cantamos y bailamos al son de Melendi.  

 

Y de repente, en medio de aquella sesión de las niñas escuchas, el chico del foursome salió del cuarto. 

“¿Nene pero qué tú haces a esta hora?” –le pregunté.

“Texteo”-contestó.

“Es tu chica, ¿verdad?” –aseveré

“Sí”, me dijo…y volvió a mirar el teléfono. 

Entonces, mi cerebro hizo click...porque él tarda...'dito.

Y lo ví todo claro:

Yo, no voy a vivir asi...de chispito en chispito....de chin en chin...de texto en texto.  

Lo quiero todo, lo quiero en grande, lo quiero ahora.

 

viernes, 31 de diciembre de 2010

3-2-1 ¡vamo’allá!



 
Pocas son las entradas del blog que escribo en primera persona singular, sin hipérboles, fantasías y realidades creadas…

Pocas son las entradas del blog en las que no invento personajes como la prima de la amiga de la nieta de la abuela sin dientes o como los fantasmas que merodean y me tocan el cuerpo. 

Pocas son las entradas del blog que publico en las que hable de mí tal y cual soy.

Esta es una de ellas…

Son las 4:44pm del viernes, 31 de diciembre de 2010 y luego de una rica tarde de playa con dos amigas de escuela superior, estoy sentada frente a mi árbol de navidad [que no apago desde el día 24] en mi sofá amarillo, con el abanico prendido y a medio vestir. Mi amiga del alma, quien conoce mis secretos, me habla a través del blackberry chat y yo, copa de cava en mano comienzo a escribir la que será la última entrada del 2010 y la primera de muchas más.

Desnudarme ante ustedes; sin narrar historias a través de terceras personas, faltándole mi particular tono sínico y acompañado de pseudo consejos de vida, me causa pavor. Así también, hablar de mí –como yo, como misma- me resulta incómodo. Pero, hay males necesarios.

Todos y todas hemos tenido años memorables. Para mí, el 2010 lo fue, lo es y lo será. No pretendo aburrirlos con cursilerías y jamás osaría pensar que mis experiencias son particulares o distintas a las de ustedes. La única diferencia entre tú y yo es, que he decido contarlas…

Comencé el 2010 llorando, hacen 364 días estaba sumida en lo que -cotidianamente hablando- era un hoyo cabrón. [Sí, las palabras fuertes son mi fuerte…aunque luego te regañe…]

Las 12 campanadas del año anterior me supieron a mierda; mientras Luisito Vigoreaux bailaba en el televisor yo buscaba aire acostada sobre la cama litera de mis primitos. En aquel momento, sentía que no tenía razones para celebrar, que se me escapaba la vida planificando mi futuro y así, me ahogué en bazofia, moco y sal.

Mi familia [a quienes adoro con el alma] estaban desesperados. Sé que pensaban: ¿cómo es que esta mujer de 28 años, con una carrera profesional de frente, con [dicen algunos y algunas] belleza física, y [algunos y algunas creen] buen corazón, se arrastra sobre la cama, con sollozos y gemidos tan profundos y llenos de dolor que no ve que se le escapa el tiempo?

Así, intentaron mil y un trucos para distraerme, para llenarme de alegría, para darme aliento y que no me dejara caer para siempre. Mientras tanto, yo mirando la vida de reojo, sentía pánico y ese miedo me paralizaba. Me paralizó.

Sin embargo, durante ese tiempo tan obscuro nunca deje de funcionar en la “vida real”. De pequeña siempre quise ser actriz, sin prever que durante meses personificaría mi papel en mi propia piel, hasta el momento en que, el desdoblamiento de mi alma cesara y volviera a ser una con misma.

El tiempo pasó y el 2010 no parecía mejorar…vivía, día a día, en cotidianeidad y en piloto automático. Despertaba queriendo volver a dormir y dormía sin querer despertar, era un ciclo de destrucción.

Desperté de mi pesadilla el día que Lorenzo murió.

Lorenzo era el mejor amigo de mi primito. Nos enteramos de su muerte a horas de ocurrida, en aquel momento se hablaba de un accidente, se le dijo a mi primito que Lorenzo se había caído de la cama y que había botado mucha sangre y por eso se murió. Al día de hoy, mi adorado ángel habla de su amigo con una emoción que pocos adultos tienen, cuenta cómo jugaban en la casa, practicaban soccer y hacían travesuras. A cualquiera se le saltan las lágrimas por reírse al escuchar a mi primito contar como él y Lorenzo jugaban a rebuscar y esconderle piezas de ropa por toda la casa, a la mujer que hemos conocido a través del televisor, quizás, las mismas que los de forense –en su momento--encontraron—El mismo espacio que albergó juegos de niños se convirtió en el escenario, de uno de los crímenes más violentos reportados en esta Isla.

La muerte de Lorenzo ha repercutido en mucho más que miles de dólares en prensa, libros, investigaciones, luchas entre libertad de expresión y derecho a la intimidad, para mí, la muerte de Lorenzo fue una bofetá.

En medio de aquella depresión, ví a mi primito llorar desesperado. Yo, que buscaba sentir dolor y hurgaba esquinas para esconderme de la alegría no sabía cómo consolarlo. Repetía una y otra vez “no lo volveré a ver, no lo volveré a ver” y los ojos hinchados de aquel niño que tanto amo me hablaron, me pidieron una explicación pero hablar sobre la muerte es difícil sobre todo, porque estoy viva. Y me lo creí, lo entendí y lo viví, ¡eso es, estoy viva!

A partir de ese momento, comencé a abrir los regalos que el 2010 había escogido para mí. De tantos regalos, les menciono algunos…

dos hermanos; uno, que no murió porque Dios existe y otro, que llegó a nuestras vidas no tan sólo para complementar a mi hermana [a quien adoro con el alma], sino para integrarse a nuestra familia y ser uno más del clan.

las muchachas de la 1701, quienes me hicieron la vida imposible, me pusieron el pie con todo y tacas y antes de caerme se dieron cuenta que soy de carne y hueso, que mis credenciales académicas son sólo producto de toma de decisiones distintas a las de ellas, y que somos todas ¡mujeres puertorriqueñas del siglo 21!

el banquero “high point” a quien conocí en medio de crisis y quien, sabiendo más de lo que verbalizaba logró comunicarme mucho—en silencio, así también, me tradujo hojas de cálculos, me repasó la aritmética para completar POC y lo más importante, me escuchó. Claro – que los drinks también fueron y serán bienvenidos…

la mujer más brillante en el campo de la inmigración…quien después de viajar el mundo llegó a esta isla para enseñarnos que el mundo es uno, que somos iguales y que hay que bajar la guardia…pero siempre, con los ojos achinados abiertos…

mi prieta de cincosiete ¿será que puedes ser más bella? … nada más con el testigo…

la gertrudis, en dónde me he rencontrado conmigo misma, he llorado, pataleteado, cocinado, dormido, peleado y todos aquellos verbos necesarios para intentar describir que "he vivido"…

el jd, el grado que de chiquita veía tan lejos---recuerdo la primera vez que escuché la palabra abogado: el papá de pedro, un nene de tercer grado la misi dijo, es abogado. Cuando vi a aquel hombre, construí en mi mente que los abogados son blancos, barbudos y tienen hijos que se llaman pedro. Años después aún me miro muy de cerca en el espejo esperando el momento que me despinte, crezca la barba y nazca ¿pedro?

el coleccionista de relojes y malascrianzas…no llegaste con el año…regresaste...

Por eso, al continuar escribiendo [luego de una pausa a causa de una visita de una gran amiga y su bella perra y de intercambios de mensajes a través del teléfono] y al compás de “pecado original” me atrevo a decir que gracias a todos esos regalos y los que no incluí por aquello del espacio… el 2010, ¡ha sido mi mejor año!

Hay quien dice que el 1º de enero es sólo un cambio de fecha, yo prefiero verlo como un escalafón de vida. El año nuevo es sinónimo de mucho trabajo, esfuerzos por ser mejor persona y nuevas experiencias. Es evidencia de haber vivido como; los anillos de los árboles, las arrugas en la cara, las vueltas al sol, las canas en el pelo o como –en mi caso—la caída de cabello y calvitas bien llevadas :)

A ustedes, mis lectores, les agradezco en el alma que me lean, me critiquen, me aplaudan, me comenten…les agradezco cada pensamiento que tienen sobre mí. Así también les digo, que lo importante es vivir día a día, siempre mirando hacia el frente. Más aún, les comento que es esencial velar cada paso pero – no - para evitar pisar en falso sino, para siempre pisar con fuerza.

El 2010 lo viví un día a la vez. El 2011 lo viviré igual, recordando que es mejor caerse bien reventa’o por ser presenta’o, que no darse ni un rasponcito por no haberlo intentado…

¡Mucha Magia a todos y todas! ¡Feliz 2011!

lunes, 6 de diciembre de 2010

...porque ellos -en el '79- no lo vieron venir...

Mi querida Kianí,

Siéntate a esperar la disculpa del alcalde.

Pero, mami –siéntate en una de esas sillas reclinables, de las cómodas, de las que vibran y masajean… ¡porque te lo mereces!

Te mereces esto y más.

No, no el empujón ni el mal rato…

Esto y más es…

La solidaridad de tu Isla, el calor de tu País, la amabilidad de los viejos, la antipatía por las repugnancias de los necios, la empatía de los miles de hombres y las miles de mujeres pensantes que habitan este 100 x 35, el reconocimiento de tu talento, la oportunidad de alzar tu voz –esta vez- ante la rampante violencia que abacora la Isla…

¡Porque eres tú, quien ha viajado el mundo llevando tu talento a recónditos espacios!
¡Porque eres tú, quien recorre la Tierra skatting & jamming!

Ya vendrán las excusas…

Lo que digan---¡no importa!

Porque las razones que justifican un insulto…no existen.
Porque las razones que justifican un empujón…no existen.
Porque las razones que justifican un mal rato…   no existen.

No hay justificación para el maltrato, ni contra tí –ni contra nadie.

Kianí, -te repito- siéntate a esperar

el calor de tu gente que reconoce en ti,

una cantante
una boricua
una mujer
un ser humano

Un abrazo fraternal,
Tu hermana de Batá


lunes, 29 de noviembre de 2010

LEFTOVERS...


Viernes negro. Así se le denomina al viernes posterior al Día de Acción de Gracias. Dicen los que saben de números –lo cual ya saben no es mi fuerte--que el distintivo se debe a las entradas y salidas en los libros de contabilidad de las tiendas; en un día como hoy, pocas son las tiendas que cierran en rojo. Las personas madrugan para perseguir precios absurdos en mercancía más absurda aún y regresar a sus hogares, luego de gastar miles de dólares, a comer las sobras del día anterior.

Yo, ya me comí las mías.

Pero, por alguna extraña razón, aunque me satisfizo la barriga, sentí un vacío en el cuerpo y me hizo recordar una infame conversación…

Hace varias semanas hablaba con la prima de la amiga de la tía de mi abuela y la prima de la amiga de la tía de mi abuela me contaba que andaba cansada de ser plato de segunda mesa. Yo, que sólo tengo media mesa, pero una lengua completa, quedé perpleja y espepité ¡Nena, en el siglo 21 no hay segundas mesas, que el “real estate” está caro y no hay espacio para comedores!

A ella no le hizo gracia mi comentario –nunca me he caracterizado por ser la más graciosa- pero pues, me salió del alma. ¡Plato de segunda mesa, bah!

Entonces me dice “tú sabes, de segunda mesa, así como un leftover” de esos que uno se come “como sea”, que mete y saca del micro sin ton ni son, que no importan las porciones, que vale madre si hay más ensalada que carne o si al arroz ya no le quedan jamoncitos. ¡Total! Que son leftovers.

Aquella mujer de treintaiantos, me contó que llevaba cinco años de fokfrend de un hombre alérgico al sol. Y le pregunté –porque de vez en cuando hago preguntas- ¿alérgico al sol? [Tengo un amigo que no puede tomar sol, le causa mucho daño, tanto que no sale sin su paraguas supersónico...pero, tuve la sensación que ese no era el amigo que le hacía beber las lágrimas a aquella chica.]

Ella con tono de mujer sabia y madura, me miró como si yo hubiera salido de otro planeta, y comenzó un discurso cual presidenta de la liga de las mujeres de la leche solar:


“Un hombre alérgico al sol es aquel que los primeros meses te busca, te llama, te acosa [parece que hay quien le gusta eso…], te llena el inbox, te regala flores, baila contigo, te guiña el ojo, te escolta hasta tu casa, te envía emails romanticones, te escribe poesías, te lleva a pasear, te lleva a comer…te clava y después no sabe qué hacer.”



¡Uh! ¿Te clava y después no sabe qué hacer?, -creo que mi cerebro repitió esa frase como unas cuatro veces más. ¿Habría algo más que la técnica de la toalla? ¿El corre y escurre? ¿El ¡anda pa’l carajo que reguero!? Pero, ella no se refería a eso y el sermón sobre los efectos de los rayos ultravioletas no había terminado…


“Entonces, después de clavarte -en vez de mirarte de frente y decir ¡Gracias! [Gracias, ¿quién carajo dice gracias?] el hombre alérgico al sol, comienza a invitarte a su espacio, de noche—siempre de noche—y así a la luz de las velas te acurruca, te promete viajes y salidas románticas, te besa la espalda, te dice secretos, te llena los ojos de belleza, te susurra al oído lo que él cree quieres escuchar y tan pronto amanece…desaparece.


Luego, la enfermedad progresa.”


¿Progresa? ¿Progreso? Pa’mi que si la condición progresa no hay progreso… Y volví a escucharla…


“Este hombre prefiere ir a tu espacio. Así, llega a mitad de la noche –la mayoría de las veces sin ápice de sobriedad-- y casi siempre se queda a dormir. Él sabe que las mañanas en tu cama son más llevaderas, porque no tiene que esperar que despiertes, porque es más fácil decirte que no quiere tomar café que decirte no voy a preparar café, en tu espacio no ofrece desayuno y su condición es tan grave que arranca de tu casa hambriento, prefiere tu espacio porque no tiene que hacerse el más erudito y leer el periódico en lo que te das cuenta y recoges para irte, ¡imagínate que no entiendas el mensaje y salga el sol picante y los encuentre ahí!
¡Imagínate que quieras compartir durante el día!”

Sí, lo imagino…parece algo sacado de este mundo ¿a quién se le ocurriría querer compartir con alguien a la luz del día? ¿Quién osaría pensar tal barrabasada?...Es obvio que estamos hechos para vivir encuevados y alejados de la vitamina D.


Esta condición es tan delicada que él preferirá dormir en tu cama, porque en ella no buscas [el que busca, encuentra] cabellos rubios y rizos que no son tuyos, ni encuentras diademas que no te corresponden, tampoco hay prendas de ropa tamaño large. Su condición es tan insoportable, pobrecito, que no puede responder a preguntas tan básicas como ¿de quién es esto? El hombre alérgico al sol echa a la basura todas las piezas de ropas femeninas que encuentra en su espacio porque lo derriten y le salen ronchas. Es harto conocido que si no se deshace de las piezas a tiempo, o sea, antes de que alguna de las chicas le cuestione, pierde su virilidad.

¡Wow! no en balde he visto macharranes cojos, yo que pensaba que era por la manía de los skinny jeans.


Por eso en las últimas etapas de esta condición insistirá en usar tu mattres, donde no hay pedazos de unas acrílicas de las que se pintan con más colores que Harris Paints; en tu mattres tampoco hay orquillas y bobby pins inscrustados en las rendijas de la cama y lo más importante, la señal de que el hombre ha perdido su batalla ante esta condición: por su fotofobia, serás tú la que buscas los vasos de agua, prendes el televisor, el aire, buscas las sábanas y al final de todo, apagas todas las luces…


En tu templo, este hombre enfermo, espera el amanecer cual niño el día de Navidad y al cantar el gallo y sin encomendarse a nadie, sale por la puerta.


Es una condición gravísima.


¡Aahhh, alérgico al sol! Suena grave, pendejo y grave.

Y me imaginé unos cuantos de esos afectados, embadurnados de bloqueador en pleno invierno, rezando [porque el rezo es al Papa Gallo] que sea de noche, que nadie los vea o mudándose a Finlandia…lo que pase primero.

Entonces, la prima de la amiga de la tía de mi abuela, me preguntó si había tenido alguno de esos y no contesté.

No estaba para comparar insolaciones.

Luego de tan elocuente disertación sobre la fatula alergia solar pensé, “¿qué habré hecho para merecer esto? si hay algo más pendejo que esta teoría, que venga Dios y lo vea.”

Y justito cuando mencioné al pobre Dios, que nada tiene que ver con las peripecias mundanas de aquella mujer, ni con las ronchas sentimentales de aquel hombre, la escuché decir “y lo peor fue”….

Aquí ¡eh!, de seguro viene un cuento de esos llenos de mocos e intercambios de sicólogos...y no me equivoqué.

Me contó, al borde de un ataque de nervios, que el colmo de la situación había ocurrido semanas atrás cuando había decidido perseguir al hombre portador de tan singular enfermedad.

¡Perseguir, coño que no eres Dick Tracy

Y me dice, a moco tendío:


“La[h] otra[h] noche[h] lo llamé como 66,873,609 veces, y y y, no me conte[h]tó, e[h]tonce[h] me tire[h] a’la calle, y lo vi en el carro, el-el-el, no me vio[h] y pueh lo seguí pa’ su casa, po[hhh]que sabía[h] que algo le ha-ha-ha-bía pasado.”


¡NO!, nena ¡NO! nunca les pasa nada-que cuando no contestan las 66,873,609 llamadas; no se han roto una pierna, ni están presos, ni han tenido un accidente, ni los han secuestrado, ni están en la cueva del Indio [quizás, en la de alguna india], tampoco es que el celular no sirve, ni su hermana está enferma, ni han visto un extraterrestre, ni están leyendo la Biblia, ni el Corán, ni rezando el rosario, ni elaborando teoremas matemáticos, ni buscando la cura del cáncer, ni contando ovejas para dormir, tampoco están concentrados estudiando el diccionario, ni aprendiendo un nuevo idioma, ni en el funeral de un tío, ni pidiendo en la luz, ni cambiando una goma, ni en una huelga de hambre, ni en manifestaciones en contra de la guerra, ni abrazados a una grúa para detener las masacres de ballenas y delfines, ni fregando en un restaurant porque no pudieron pagar la cuenta, ni conociendo al Dalai Lama, ni en el fisiatra por haber ido a yoga [ni aunque hayan ido contigo], ni analizando la disminución de bioluminiscencia de la parguera, ni con el carro quedado en el expreso, ni siquiera soplando en el cuartel, ¡ah! y la clásica, ni con el celular sin señal {porque esa no falla…y luego te contestan, con el cargo de conciencia amarrado a las bolas “vi tus llamadas ahora, estaba durmiendo-hora del text 2:37am”} Por eso, prima de la amiga de la tía de mi abuela, cuando no contestan las 66,873,609 llamadas es que no les da la gana…

Pero, me abstuve de comentar.

De todas maneras, ¿para qué? si ella siguió hablando y detalló sin lugar a la imaginación lo que había sido la misión para salvar al hombre que –de seguro- le pasaba algo.

Esto se los narro obviando la onomatopeia de la moquera, porque –en serio- que tanto llantén no merece más que un “skip”…

Esa noche, después de las 66,873,609 - la prima de la amiga de la tía de mi abuela llegó de paracaídas a casa del hombre; llevaba un kit de vicks por si estaba enfermo, mantecado por si estaba monchoso, comida por si no tenía hambre, alcohol por si estaba deprimido, condones por si quería clavársela, flores por si estaba triste, un libro por si quería teorizar, papel de baño por si llevaba horas con el culo cagao sentado en el toilet esperando que alguien lo salvara…

Y llegó ella.
Y tocó la puerta con su clave, 3 toc-toc, decir “co-quí” dos veces y apretar el timbre una vez.

[¡Dios mío con tanto ritual debe cambiarse a monja!]

Ella, me explica cómo lo escuchó según se acercó a la puerta, porque nadie arrastra los pies de manera tan sensual, escuchó el click del ojo y sintió cuando la miró. Luego sonrió y él, desde el otro lado le dijo “¿Qué haces aquí?” Ella, con las flores (y unas bombas que compró por si acaso) en la mano, contestó “¡vengo a visitarte, estaba preocupada!”

[Preocupada, Padre Amado, preocupada…]

“Estoy bien” -le dijo y añadió la famosa frase de hombre soltero, trabajador “tengo que madrugar”.

“No hay problema, traje el despertador…el que funciona aunque se vaya la luz,” -dijo ella.

“Tengo que madrugar y estoy cansado,”- ripostó el galán.

“No te voy a molestar, traje mi I-pod, voy a escuchar la Sinfonía de Beethoven, y además, debajo de la ropa traigo las pijamas que no te gustan, las de pitufos que tienen los piecitos incluidos y no me depilé,”-insistió.

“Tengo que madrugar, estoy cansado y antes de ir a trabajar tengo que llevar una amiga a su casa,”- fue la respuesta del varón.

[Si esto fuera una tira cómica de Condorito, aquí iría el ¡PLOP!]

Cuenta la prima de la amiga de la tía de mi abuela que se marchó aturdida, no entendía lo que había sucedido y al otro día…lo llamó.

Necesitaba aclarar algunas cosas.

[No sé cuáles pero pues…]

Y esto fue lo que me dijo.

Lo llamé porque no es justo, porque me entregué, porque le dí todo, porque cuando empezamos me trataba como una reina y porque cuando debió dejarme ir, no lo hizo-por el contrar io, me dejó en lay-away, porque sabe que como yo no hay dos, porque nuestras conversaciones son únicas, porque a mí ninguna de esas me llega a los talones. Nadie cocina como yo, ni se amanece largas horas y después sale a trabajar. Además, yo sé qué programas de televisión le gustan y también los que detesta. Me he esmerado por aprender cuándo puedo o no, hablar. Reconozco sus miradas y sé cuando está molesto. Y pues, total como no somos ni novios ni ná.


Además [sí, incluyó un además] necesitaba, que me dijera, que verbalizara –con su boca de besarme, con su boca de mamarme, con su boca de comer- que yo era un leftover, un plato recalentado de esos que no importa como quedan, que le daba igual si tengo más carne que ensalada, porque al final, el resultado neto es el mismo, satisfacer el cuerpo.

¿Y? – pregunté.

“No dijo nada.”

¿Y? – repetí.

“Pues chica, parece que estaba arrepentido de lo que pasó. De seguro se sentía súper mal. Imagínate que no encontró palabras para expresarse y pedirme disculpas.”

Sí, me imagino. No le mentí, mi imaginación me permite viajar a mundos fantásticos y totalmente irreales…

Entonces, como él estaba tan callado y pues tú sabes, a los hombres se les hace tan difícil expresar lo que sienten pues llegué a su casa, y como la puerta estaba sin seguro y entré…

Es aquí cuando decido ir al baño y escapar por la puerta trasera…del local. Quizás parezca insensible, a lo mejor lo fui.

Y ahora -semanas después- mientras caliento por tercera vez, porciones desiguales de pavo y saco de la nevera el arroz con dulce escarbado ya sin pasas, recibí una text de la chica. Me dice en par de caracteres:


“to’ta bien”

¿To’ta bien? ¡Vale!

Dios quiera y la prima de la amiga de la tía de mi abuela; haya comprado en la venta del madrugador, un microondas industrial tan y tan potente que la haga sentirse el leftover más caliente del país, para que así, con esa calentura que la hace expresar “to’ta bien”, pasen por desapercibidas las infinitas cifras rojas que emperifollan su viernes negro…

lunes, 18 de octubre de 2010

10-10-10




El pasado 10-10-10 una amiga matemática me dijo "qué bello el número, parece una matriz" Demás está decir que la imagen que me vino a la cabeza fue de todo menos bella, pensé en mondinga, gandinga, placentas, vejigas, esfínter y suturas. Porque yo de las matrices de ella sé lo mismo que de promesas de castidad. Por lo tanto me limité en la respuesta y dije "ajá". Pensé en decir "whatever" pero estoy en una desintoxicación de mujeres busca maridos de la escuela de derecho, por lo que obvié la clichosa palabrita en inglés.

Luego de un breve intercambio a través del grillete electrónico-moderno cuadré con mi amiga tres o cinco chistes más y “colgamos”…

El día estaba bello, escuchaba las personas peleando por estacionamientos frente a mi casa y yo, con una vagancia entre cuero y carne, no me salía de la cama. Ese week-end dormí casi las 48 horas ¡valga por los desvelos, malas noches y sexcapadas!

Cuando me cansé de descansar, te llamé.

Hacían varios días que no hablábamos; yo había reservado dos boletos para la primera función del octavo sison de Teatro Breve, y como sé que te gusta [porque te estrené en ello] te di un call.

Y me dijiste: - “Gracias, claro que me encantaría ir contigo pero, ya me regalaron boletos y me vienen a buscar.”
“Ah, ok” –dije y colgué.

Reconozco que me tomó varios minutos recomponerme, sobretodo del “me encantaría” ¡como detesto el futuro condicional!

Anyways, era temprano.

Y te llamé, bueno, la primera vez la llamada no entró así que, lo intenté otra vez. Esta vez contestaste:
-“¿Qué es la qué? ¿Qué hay hoy?”, preguntaste.
- “TB”, dije.
- Y tu respuesta con lluvia de estática fue: “Ah coño, está cool pero no puedo, estoy en California”…
-“Sí, desde allá es difícil que llegues a tiempo, hablamos después, bye”, balbuceé y colgué.
Esta vez me tomó menos tiempo recomponerme, me quedaba menos tiempo para encontrar con quien ir.

Y te llamé. Por poco te mueres, lo escuché en tu voz.
-“¿Y ese milagro”-dijiste.
-“Yo creo en Dios” – contesté.
Y te expliqué y bla, bla, bla y estabas de guardia…en tu casa pero, de guardia y no podías meterte en el sótano de un teatro porque algún paciente podría morir y serías el responsable de que un veterano muriera en la guerra de la salud.

Y así fue como apareciste. Tú, quien desde el principio imaginé que no podrías acompañarme. Aun así, me llevaste de la mano al baño, probaste el agua por mí para que no me quemara y me estregaste la espalda. Tus dedos sobre mi cabeza ¡qué rico! Me llenaste la bañera de espuma, me serviste cava y prendiste velas. Me mojaste y secaste.

Luego, me vestiste…una a una escogiste las piezas de ropa. Me metiste en el mahón, me abrochaste la camisa y me sentaste sobre la cama. Ahí, me perfumaste, peinaste y maquillaste.

Antes de salir, escogiste mis zapatos y los amarraste por mí…porque si no lo hacías tu, nadie lo haría, porque querías esos zapatos y esos me puse.

Así, prendiste el carro y me llevaste.

Cuando llegamos, ella no te vió, entraste sin boleto y te sentaste a mi lado.

La función comenzó.

La noche fue de las dos.

Y comprendí que el 10-10-10 sí es como una matriz...