laberinto

laberinto
Barcelona

domingo, 9 de noviembre de 2008

Meses han pasado...años pasarán...

Han pasado varios meses desde mi última entrada de blog... de más está decir que ello no es sinónimo de falta de anécdotas, sino, de falta de tiempo...
Hoy me presto a escribir sobre un tema que me ha dado vueltas en la cabeza por mucho tiempo, de hecho, por años...

Hacen casi cuatro años terminé una relación que duró aproximadamente siete años... quiénes me conocen saben que estuve seudo -casada y que, al final hubo, desde separación de bienes hasta intentos de relaciones paterno filiales con los animales...

Esa relación fue, más que un matrimonio, una escuela. Llegué a ella a los 17 años, con la madurez emocional de un piojo y salí a los 24, con la madurez emocional destruída...

Al principio todo fue "peaches and cream", las promesas de un mundo fantástico; los sueños de algodón...todo, dentro de una nube de infatuación. Los primeros años fueron un deleite; viajes, buenos ratos, pelota...mucha pelota (literalmente...viájabamos a Mayaguez 2-3 veces por semana a jugar en una liga del Oeste...porque el chico aún creía llegaría a las Ligas Mayores) y buenos ratos, de los buenos de verdad.

Pero, un día...así de la noche a la mañana..todo cambió. Recuerdo la llamada, estábamos en la Avenida Muñoz Rivera cuando sonó el celular (un Nokia...de los azules) era de la Agencia de Publicidad que su tía presidía (o preside...no lo sé). El detalle es, que uno de los clientes más grandes, una famosa tienda por departamento, tenía un concurso de modelaje y todo estaba arreglado para que él concursara y ganara.... y con esa ganada perdí mi relación.

Claro, como todo concurso de belleza tiene una parte intelectual, pues le requirieron escribir un ensayo sobre el Por qué quería ser Mr. Tienda por Departamento... Imagino han adivinado quién lo escribió.

Ahora sí, con esa ganada...perdí mi relación, peor aún, me perdí a mí misma.

De ser una parejita de lovebirds, la relación se fue convirtiendo en una de amo - mascota... yo era la mascota.

El día que lo ví ganar aquella grandiosa cinta de Mr. Tienda por Departamento, salió a la luz mucho más que una corona...salió el verdadero él.

Comenzaron las dietas, las rutinas excesivas de ejercicio, las idas obligadas a la esteticista, en fin...comenzó la destrucción de mi autoestima.

He escuchado a algunas personas decir que nunca permitirían que alguien los humillara, también he escuchado que las personas se DEJAN maltratar...yo, les puedo decir...que a NADIE le gusta que lo traten mal...

Esta es mi historia.

En medio del mundo fantástico que tenía construido aparecía poco a poco esta figura autoritaria. Me pesaba semanalmente, me tomaba las medidas rigurosa y mensualmente...sin fallar. Así también, me peinaba en público y si íbamos a salir y no le gustaba mi ropa...no salíamos. De igual manera, escogía la comida del menú, si comía pan no comería postre y si comía postre no había poblema..."mañana hay que correr el doble". Y yo...no decía nada, no porque no quería, porque no me daba cuenta...

Logró convencerme..sí a mí...que nadie se interesaría en mí...que los hombres de 8-5 son unos aburridos y que no había persona más aburrida que yo...Pero, me mantuve firme. Porque como buena mujer boricua "había que mantener la relación"... y llegaron los cuernos.

Por años me engañó con una chica que hoy día somos amigas... porque el mundo da vueltas y algunas personas maduramos, verdad María?

Mi corazón era despedazado día a día... salidas con otras personas, engaños tras engaños... llegué a ver profilácticos al lado de la cama que siempre nos albergó... y yo, ahí...

Luego, me mudé a Nueva York y aunque me fui sola, nunca lo estuve...en mi mente creía que le pertenecía a ese ser...

Pasé meses en la ciudad, él visitaba de vez en cuando, hasta que llegó para quedarse...maleta en mano, estuvo en mi apartamento casi dos meses, todo ese tiempo y yo no lo quería tocar...Me recriminaba, decía que no sabía hacer las cosas...así que las dos o tres veces en todo ese tiempo que tuvimos intimidad yo terminaba llorando...pero, aún así no podía terminar la relación...no me nacía.

Él regresó a PR y yo me quedé par de meses más y cuando finalmente decido que regresaría a la isla se lo comunico y me dice "No puede ser, ese no es el plan...se supone que te quedes para que me ayudes a mudarme"... y toqué fondo y toqué a otro hombre...

Estar con otra persona me ayudó a crecer, pero, sobretodo, a tener la valentía de dejar este ser que me había destruido. Lo llamé y le conté todo; con lujo de detalles... Me gritó, insultó, y al par de días lo volvió a hacer, una y otra vez... pero, yo no regresé a él.

Regresé a mi isla y decidí empezar desde cero. Retomé mis amistades, retomé mi vida y retomé mi espíritu. Al día de hoy batallo con mi peso, vivo mirándome en el espejo, confieso que aún lo pienso para usar pantalones o faldas cortas porque, como decía él "mis piernas son viradas y no tienen forma"... lo trabajo día a día...

A él, nunca le he deseado mal, sé que se casó cuatro meses después de dejarnos...encontró quien lo consuele y lo acompañe a la Escuela de Derecho a "estudiar"... la pobre, la llevan de excursión a mi hábitat...

A mí, día a día me reafirmo dos cosas:
1. de todo se aprende
2. no soy tan aburrida na ;)

A ustedes, mis lectores, les confieso mi historia con un sólo propósito: despertar a la realidad, a NADIE le gusta que lo traten mal...pero, el miedo y las destrucción de autoestima: ahogan.